Chile, Punta Arenas, En virtud de la contingencia nacional y
mundial producida por la actual pandemia de COVID-19 (Coronavirus), el
Instituto Antártico Chileno (INACH) ha dispuesto una serie de medidas para
prevenir y evitar la introducción de este virus patógeno a la Antártica. Debido
a que las condiciones frías y secas del Continente Blanco, contribuyen a que
este agente patógeno permanezca viable por más tiempo.
Cierre de base anticipado de Expedición
Científica Antártica
Dadas las condiciones
especiales del trabajo polar, se instruyó reducir el alcance de las operaciones
asociadas a la LVI Expedición Científica Antártica (ECA 56). Teniendo en cuenta
además que las distintas puertas de entrada al Continente Blanco (por vías
marítima y aérea) se están viendo afectadas por las medidas adoptadas por las
autoridades nacionales, lo que incluye las cadenas de suministro, las
restricciones de viaje, los requisitos de aislamiento y las capacidades de
respuesta. En este sentido, la recomendación de cesar y suspender los
desplazamientos de personal y transporte de carga, debido a los riesgos
potenciales de la pandemia en todas las puertas antárticas y la capacidad
limitada de responder médicamente en dicha zona remota.
Es por ello, que se suspendió
la expedición científica del Buque Aquiles a bahía Margarita, decisión que se
fundamenta en el cambio de estatus a pandemia de COVID-19, como en el riesgo de
que un portador asintomático presentara sintomatología en el punto más remoto
de esta campaña, es decir, dentro del Círculo Polar en bahía Margarita. Por lo
que trece investigadores desembarcaron en la base Profesor Julio Escudero y
saldrían el 24 de marzo por vía aérea, poniendo fin a su participación en la
ECA 56, una de las campañas científicas más extensas que INACH haya realizado
en más de medio siglo.
También se cerró el acceso de
turistas a todas las dependencias del Programa Antártico Chileno y cualquier
interacción con su personal, ya que podría originar un brote de pésimo
pronóstico. Además, debido a las interacciones logísticas, se recomendó a los
cruceros no desembarcar.
Cabe señalar que, la
probabilidad de un caso grave de COVID-19 en una población antártica puede
considerarse relativamente baja, sobre la base que se asume que el perfil de
edad y condición física de científicos, logísticos y militares es apta. No
obstante, la mayoría de las personas sanas podrían experimentar síntomas leves
de la enfermedad pero que tendrá un impacto importante en la capacidad
operativa.
Asimismo, se ha demostrado un
desprendimiento viral crítico asintomático (hasta 48 horas antes de los
síntomas) y prolongado (de días a semanas) que aumenta el riesgo de
propagación. El virus puede sobrevivir hasta nueve días en superficies y las
condiciones frías y secas contribuyen a que este agente permanezca viable por
más tiempo.
Por estas razones, es que
desde el 1 de febrero a la fecha, se han adoptado medidas preventivas, con la
finalidad de minimizar el riesgo de contagio y se ha procedido a evacuar, lo
más pronto posible, al personal logístico y científico, así como también para
controlar eventuales ingresos de personas expuestas desde fuera de Antártica.
De esta manera, un primer grupo de investigadores salió de la estación
científica antártica Luis Risopatrón durante el mes de febrero. Durante la
primera quincena de marzo, se dispuso el cierre de la base antártica Yelcho del
INACH y de los laboratorios de INACH de la base naval Arturo Prat de la Armada
de Chile.
pOR: JAQUELINE RIVERA
FRANCO (desde Chile)
Ajuste de contenido y
diagramación: bersoahoy.co
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