La ciudad bajo techo, el
sombrío sueño de Dubái
Yahoo noticias - Por Boris
Leonardo Caro | Blog de Noticias – jul 2014
El Mall of the World reafirmará el atractivo turístico de Dubái (Prensa jeque Mohamed bin Rachid Al-Maktum/AFP |
Dubái, la ciudad que ya exhibe
el edificio más alto, el mayor jardín de flores y el más amplio acuario del
planeta nos promete una nueva hazaña. El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum,
soberano del emirato, la ha bautizado “Mall of the World”, un gigantesco centro
comercial con distritos consagrados, además, al alojamiento, el placer y los
servicios de salud.
La ciudad-estado del Golfo
Pérsico planea transformarse en un imán cultural, turístico y económico. Y
nadie podría cuestionar la visión de su acaudalado líder, consciente del
agotamiento de las reservas petroleras, si no fuese por las sombras que
proyectan los rascacielos. Dubái ha construido su milagro sobre las espaldas de
miles de inmigrantes, muchos de ellos forzados a trabajar en condiciones de
esclavitud moderna.
El mall de un mundo torcido
Vista aérea del complejo comercial. Foto: sibaritissimo.com |
No se equivoca el poderoso
Mohammed cuando cree reproducir en apenas 4,5 kilómetros cuadrados nuestro
vasto mundo –de 510 millones de kilómetros cuadrados. Su mini ciudad utilizará
lo mejor de la tecnología moderna, pero también reflejará la realidad de una
sociedad global excluyente, donde la fastuosidad convive escandalosamente con
la miseria.
Los críticos del proyecto lo
han calificado de distopía, es decir, un modelo futuro de sociedad que nos
atemoriza por su carácter deshumanizado y autoritario. La película “The Hunger
Games” y la novela “1984”, de George Orwell, ilustran este porvenir aterrador.
En la construcción del “Mall
of the World” laborarán probablemente trabajadores emigrantes de países como la
India, Pakistán, Bangladesh y Filipinas. De acuerdo con reportes de Human
Rights Watch (HRW), en muchos casos estos obreros llegar a Dubái mediante
agencias empleadoras ilegales, que cobran miles de dólares para trasladarlos
desde sus regiones de origen. Luego los empleadores aprovechan un sistema conocido
como kafala, que les otorga un poder casi absoluto sobre sus empleados.
Las masas de obreros
extranjeros habitan en albergues en las afueras de la metrópoli, la más
populosa de los Emiratos Árabes Unidos. Hacinados en habitaciones sin
climatización, mal alimentados y con salarios de miseria, estos emigrantes
carecen de derechos laborales. Si alguno se rebela contra las condiciones de
trabajo pierde su salario y puede ser deportado sin compensación.
Pero el contraste entre la
magnificencia del “Mall of the World” y el destino miserable de quienes lo
construirán no debería escandalizarnos. Ese futuro donde un muro o una cúpula
separarán a consumidores y consumidos parece una cercana imagen del presente.
La Biosphère, en Montreal, uno
de los proyectos más importantes de Buckminster Fuller. (Cédric Thévenet -
Wikimedia Commons)
La Biosphère, en Montreal, uno
de los proyectos más importantes de Buckminster Fuller. (Cédric Thévenet -
Wikimedia …
La utopía de las ciudades
abovedadas
La idea de construir una ciudad
bajo techo dista de la novedad. En 1952 estudiantes de la facultad de
arquitectura de la Universidad de Illinois comenzaron a trabajar en una cúpula
flotante de un kilómetro de alto. La idea del grupo, encabezado por el profesor
Ambrose M. Richardson, era cubrir de inicio un acre (alrededor de 4.000 metros
cuadrados) y luego replicar esa estructura que, pensaban, pronto cubriría
poblados enteros.
La era de las ciudades
abovedadas alcanzó su cénit en Estados Unidos bajo la influencia de Buckminster
Fuller. Este diseñador propuso en 1960 cubrir el centro de Manhattan con un
domo que regularía las condiciones meteorológicas y ayudaría a reducir la
contaminación. Luego apoyó proyectos de cúpulas geodésicas –un concepto creado
por él—como el de la Ciudad Experimental de Minnesota (MXC), una urbe de
250.000 habitantes que esbozaba el futuro de los asentamientos humanos.
La MXC, de la cual hoy apenas
queda el pueblo fantasma de Swatara, proponía una zona libre de automóviles,
que serían reemplazados por un “people mover” (sistema ferroviario ligero para
transportar personas). En lugar de avenidas y espacios pavimentados, la ciudad
abundaría en parques, granjas y espacios verdes. Su principal promotor,
Atheltan Spilhaus, soñaba con una metrópolis sostenible, limpia, sin desempleo
y conectada por redes de computadoras. La iniciativa también incluía una
reforma del sistema educativo, que abolía las escuelas en favor de una
enseñanza basada en la formación permanente.
Lamentablemente, en 1973 los
políticos de Minnesota retiraron los recursos financieros para la ejecución del
proyecto. Nunca nos enteramos, entonces, cómo sería vivir en una ciudad del
futuro.
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